lunes, 14 de mayo de 2007

SIC*: La dictadura de la caca

Los medios de comunicación en los últimos años han ido agrandando las posibilidades del "ciudadano común" como emisor dentro del circuito de la información, en una ilusión de democratización mediática y de retroalimentación equilibrada. Ejemplos de esta tendencia son las cartas de los lectores en los diarios, que muchas veces dan cátedra a los periodistas en el manejo del lenguaje y la profundidad de los temas. Muy por el contrario, tenemos esos payasescos operativos de TV cuyo mandato es siempre el mismo: interrogar-sobre-cualquier-cosa-a-cualquiera-que-pasa-por-la-peatonal. Patética puesta en escena de la cara más tonta de la televisión, esa donde las personas parecen hablar pero sólo gesticulan o mastican monosílabos. En el medio, la radio y esos espacios donde la audiencia tiene la posibilidad de contar una vivencia relacionada con "el tema del día" o hacer una denuncia particular. La palabra del oyente ha dado lugar a discursos muy bizarros , cuando menos. Ese "otro" oyente anónimo y perdido puede divertirnos mucho cuando agarra el teléfono y deja su mensaje al mundo.
Esta mañana venía manejando y escuchando el programa de Dady Brieva en la Mitre cuando comenzó, entre bloque y bloque -y entre publicidad y publicidad-, una seguidilla de llamados de oyentes expresando su hartazgo con lo que a cada uno se le antojaba, en el marco de un espacio abierto llamado "Basta de...". Y luego de las ya recurrentes quejas relacionadas con la inseguridad y el desencanto con los políticos, hubo un testimonio que me pareció de lo más trascendental. Una señora, muy enojada con el zigzag que tenía que practicar en las veredas capitalinas para sortear la bosta de los perros, exhortaba a la audiencia a acabar con "la dictadura de la caca" (sic) en un tono proselitista y con aire de manifiesto. Esta ambiciosa declaración de una vecina anónima de nuestra sofisticada city porteña parecería quedarse en el simple reclamo por la práctica involuntaria de un deporte que podríamos llamar slalom escatológico. Pero insisto, sólo en apariencia se trata de eso.
Quizás el tema de la seudo igualdad de voces entre los medios y la ciudadanía no les importe una mierda a ustedes, pero a esta señora sí. Le importa una mierda, y más. Ha sabido, como nadie, ponerle nombre a la hegemonía de los medios en nuestras sociedades: La Dictadura de la Caca.
-----*SIC es la sección que de ahora en adelante se ocupará de este tipo de decires increibles, porque para nuestra suerte -y nuestra diversión-, la palabra no es monocrómatica sino llena de tantos colores que ni podemos imaginarlo.-----

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