miércoles, 16 de mayo de 2007

Brava Gondoliera! Brava

Durante cientos de años, varios cientos, las góndolas han surcado los canales venecianos, pero siempre con un uomo esgrimiendo el remo contra los embates de la modernidad. De las miles que navegaban por las calles de agua ahora sólo quedan alrededor de 400 barcas con las que siguen currando a los turistas, y ahora una de ellas tiene a una ragazza al volante. "¿Qué carajo voy a hace de mi vida si ahora las mina me cagan el laburo?", piensan los gondoleros. Es que también se están lamentando que se les vaya el encanto místico que sumaba chiquillas viajeras a su cuenta: ya no es sexy ser gondolero si una loca los quiere bajar del bote, claro. Esto dijeron los tradicionales navegantes en un reportaje con el New York Times, aferrándose a lo que primero manotearon para no ahogarse: "debe mirarse en el espejo y aceptar que no puede manejar", "mantengamos aunque sea una tradición intacta". Pero no se la hicieron tan fácil, de hecho hay una asociación de gondoleros que es la que extiende las licencias y a ella la bocharon dos veces. Entonces fue a la justicia y 10 años después tomó el remo.
Acá, en Córdoba estamos a años luz, hay tantos cráteres por nuestras calles que ya sabemos como sería conducir por la superficie lunar. Mientras la municipalidad se pelea con la provincia por la validez de las licencias de conducir (autos), en una de las tantas disputas que tendrán en este año sucio de elecciones, nosotros experimentamos la vida en otro planeta. Así es, los latinoamericanos evolucionamos vertiginosamente mientras en el primer mundo todavía se discute si el músculo del gondolero es factor decisivo para algo. Es más, traigamos a un flaco de Venecia y nos va a decir lo que es obvio: los baches en las calles son provocados por las mujeres que manejan.

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