miércoles, 14 de mayo de 2008

Las murallas

Ahora nos separan esas murallas, Chela.
Los ríos congelados y turquesas,
las alamedas amarillas
y las montañas de hojas en los caminos.
Los picos andinos de
blanca obstinación,
esa enorme pared de piedra
que siento en mi espalda
mientras me voy yendo
con los que se alejan caminando.
Dura y azul.

Nos separan esas murallas,
los tiempos que nos apuraron
o nos hicieron esperar,
que nos encontraron a veces.
Los lugares que nos visitaron
en momentos dispares.
Nuestras soledades esquinadas,
frías.

Son las murallas que no podemos sortear, Chela
las murallas naturales, sin puertas,
sin ventanas ni escaleras.
Las murallas que estaban ya cuando llegamos,
que siempre nos separaron
sin hacerse notar.

Nos dejaron ser felices ¿cierto?
Eso pensamos mientras nos juntamos
de este lado de la muralla a saludarte,
a recordarte.