sábado, 15 de diciembre de 2007

Hermeto, el mago

Hay que verlo parado, a Hermeto hay que escucharlo parado, no para poder mover el cuerpo sino para que el cuerpo te pueda mover a vos. Me equivoqué, un amigo me dijo: “no voy porque esa música brasilera para bailar no me gusta”. Yo le contesté: “no seas gil, qué música para bailar ni que ocho cuartos, Hermeto Pascoal es un instrumentista de la concha de la lora, un loco de los sonidos y los ritmos, un tipo muy admirado y respetado en todo el mundo”. Me equivoqué, y se equivocaron quienes pusieron asientos en las plateas, porque Hermeto hace música para el cuerpo y desde el cuerpo, una música con tanta cabeza que la cabeza no lo entiende. Los que abandonaron sus asientos y se fueron ni bien empezó el espectáculo cuentan con mi más sincera aprobación; el coraje no es una condición de posibilidad para la vida en general, lo es sólo para los desafíos. Hay quienes prefieren la vida en general. Esa gente que entre dientes murmura “me estafaron”, que ya había destinado ese tiempo para el espectáculo por el que pagó y sin embargo tiene algo más importante que hacer, algo más interesante que ver o escuchar. Esa gente que con cualquier viento “raro” ve temerosamente como tambalea el castillo de naipes sobre el que se montan sus certezas. Tuvieron miedo, claro, y lo empezaron a sentir en sus caderas y en su culo que empezaban a querer bailar y despegarse de los asientos. Por eso se fueron, no sabían qué hacer, nunca saben bien qué hacer.
Que Hermeto sea o no un ser de otro planeta importa poco comparado con lo extraordinario de su música y sus delirios rítmicos. Es un mago. Hace aparecer instrumentos de cualquier lado y locos como él que lo siguen en su viaje estrepitoso por un pentagrama que se desdibuja por la velocidad y desaparece. Entonces las notas comienzan a escribirse en el aire, con la libertad que eso implica. Hermeto borra las líneas, los tiempos, los lugares conocidos, cómodos. Los magos tiran por tierra nuestras certezas y eso es lo que hace Hermeto sobre el escenario, con sus instrumentos y su tropa de melómanos en éxtasis: DECONSTRUYE. Por momentos parece que están practicando algún deporte del que Hermeto es una especie de referí que reinventa las reglas del juego permanentemente. De ahí que la excepcionalidad de los músicos que lo acompañan parece resultar no de una cuidadosa selección sino de alguna prueba de supervivencia realizada por el loco de Hermeto en su laboratorio de ritmos.
Pascoal estuvo en Córdoba el 10 de octubre de 2007, vino a percutir todo lo que tenemos por “música”.