jueves, 7 de junio de 2007

¿GORILA?


Te juro que yo te creía Martita. Y sí, no te quisieron dar esa alegría. Al menos te salvaste de que te embalsamaran o te escondieran una mano. Te salvaste de la necrofilia peronista, Marta. Te salvaste de ser trofeo de guerra entre tiburones mezquinos y estúpidos. No es poco. Es que los alarmistas no te hubieran siquiera dejado morir, porque también hay gorilas esperando en el cielo, claro. Y qué es el ADN después de todo; las ciencias naturales se jactan de su indiscutible y evidente materialidad, pues bueno...que nos muestren un cacho de ADN a ver si es menos abstracto que las ideas o los ideales, menos inasible que el amor, o no. ¿Cierto, Marta? Qué importa, yo te creía, todos te creíamos. Tantos carroñeros quisieron estar en tu lugar para despilfarrar bien argentinamente un legado de ese tamaño. Tantos inútiles cegados por el mito. Y viste, al final te fuiste a hacer tus propias averiguaciones, ¿quién te va a refutar esa prueba?

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad Fico que me encantó este artículo, me parece re interesante que escribas sobre hechos actuales, porque tenes una manera muy especial de tratarlos y espero que mi comentario no haya llegado demasiado tarde!